Cosecha podrida, desaparecen dos Borregos
Cosecha podrida, desaparecen dos Borregos
De manera intempestiva, sin aviso, faltando al respeto a los jugadores y a sus padres que son clientes del sistema educativo, el Tecnológico de Monterrey decidió de manera unilateral cerrar los programas de Liga Mayor del campus Ciudad de México y del campus Santa Fe.
Casi al final de la última práctica en el Tec CCM, luego de que los coaches por posición habían dado rutinas de entrenamiento personal para el periodo de vacaciones y recomendaciones nutricionales a los jugadores para esos días, y faltando apenas 15 minutos para que iniciara el periodo vacacional de los estudiantes, se acercó el head coach Ángel Mediana a los jugadores, les pidió que se juntarán en el campo. Según cuentan traía una cara de pocos amigos, desencajado, hasta pálido. Venía acompañado del Director de Asuntos Estudiantiles de los campus de la zona metropolitana, Óscar Lacayo. El HC les dijo que el funcionario tenía un mensaje que darles. Y así sin preámbulos, Lacayo les dijo que se disolvía el programa de fútbol americano en la categoría Primera Fuerza, que era decisión de la rectoría del Tec de Monterrey y que sólo habrá un equipo en la zona de la ciudad de México, el representativo será Borregos México y la sede estaría en el campus Estado de México, en Atizapán de Zaragoza.
"No es por resultados", habría dicho refiriéndose al penúltimo lugar del equipo la temporada pasada, sólo por encima del campus Santa Fe. Dijo que quienes quieran seguir jugando tendrían que hacerlo en el Tec CEM. Que los jugadores de los tres equipos harán uno sólo para poder dar mejores resultados.
En estos momentos, el Tec CCM tiene entre novatos y prospectos 100 estudiantes. Lo que significa que al menos 300 jugadores tendrán que integrar un equipo de 70, por lo que 230 jugadores se quedarían sin jugar, porque Lacayo les recalcó que si no jugaban en el Tec no podrían hacerlo en ningún otro equipo, y menos en los de ONEFA, porque de inmediato les cancelarían las becas y los apoyos.
Esto ocurrió alrededor de las 12 del día del viernes 11 de diciembre. Situación similar vivieron en el campus Santa Fe dos horas después.
Con esta situación, comienza a resquebrajarse el programa de fútbol americano del Tec de Monterrey. Comienza a pudrirse la cosecha de 25 años de becas desmedidas que han hundido al fútbol americano estudiantil a una de las peores épocas de su historia, al dividirlo y al iniciar la desaparición del deporte, luego de años de ufanarse de contar con "el mejor nivel" que de nada les ha servido.
Los recientes acontecimientos revelan que la ambición de los personajes que en algún momento tuvieron las máximas decisiones en la Liga, fueron las peores tomadas y con ellas han afectado a aficionados y sobre todo a los estudiantes de México.
La desaparición de dos equipos de Tec de Monterrey, uno de ellos, el CCM con 18 años de existencia, si bien es una decisión del Director General de los campus de la Zona metropolitana de la Ciudad de México, Pedro Luis Grasa, es la consecuencia de los abusos que comenzaron desde 1990 y que ahora no pudo sostener la actual administración. ¿De que tamaño será el boquete económico que tomaron la decisión más radical, que fue cancelar dos programas de fútbol americano y dejar al 66 por ciento de los estudiantes jugadores sin la posibilidad de alcanzar la formación integral con la academia y el deporte?
Sólo ellos lo sabe, pero el finiquitar a los dos equipos, no sólo es una medida desesperada "sino cruel ", lamentan algunos jugadores que se sintieron ultrajados, sobre todo porque les avisaron justo el último día de clases y que a partir de ese momento nadie les daría una explicación, sino hasta el año entrante. Un regalo desagradable para pasar su navidad inolvidable del 2015.
Los jugadores se quedaron con muchas dudas, ¿cómo piensa la autoridad que los estudiantes puedan ir a entrenar hasta el Estado de México, a más de 50 kilómetros de distancia y sobre todo cruzando el tránsito de la capital del país? ¿Tendrán que irse a estudiar al CEM y dejar a su familia? ¿Hay carreras que no coinciden entre el CEM y el CCM, cómo le van a hacer? Algunos de las preguntas que se quedan en el aire y que tendrán respuesta hasta el 4 de enero del 2016, porque tampoco ha habido información oficial de parte de las autoridades, "porque son unos cobardes y viles" nos comenta la madre de un jugador del Ciudad de México.
La intempestiva medida no parece ser una decisión espontánea. La situación económica del Tec de Monterrey pudiera ser la causa de la reducción del programa, por los viajes a Monterrey, por lo menos dos o tres al año, así como el mantenimiento de las becas, la alimentación y sobre todo con la lógica emprendedora del Instituto que ve como sale el dinero pero no regresa.
Seguramente las autoridades vieron que esta sexta campaña de la Liga Premier Conadeip resultó la peor de todas, porque ONEFA, la liga de las Instituciones públicas de educación superior acaparó la atención de la gran mayoría de los aficionados y medios de comunicación, por lo que eso también habría influido en la aniquilación de los dos equipos Borregos.
El torneo, considerado por los criticos del Tec como "carrusel borrego" ó "intramuros del Tec" contaba con ocho equipos del ITESM, Monterrey, CEM, Toluca, CCM, Santa Fe, Guadalajara, Puebla y Querétaro, y tres de fuera del Tec, UdlaP, Anáhuac Norte y UMAD de Puebla.
Ahora con sólo seis equipos de Borregos, los detractores de la liga tendrán más elementos para criticar el calendario de la Liga. Y sobre todo, confirmar que el abuso de algunos equipos del Tec de Monterrey sobre otros campus propios derivó en esta inequidad que ellos mismos construyeron.
Para muchos, este es el inicio del ocaso de la Liga Premier, que está tomando medidas drásticas que podrían terminar con la desaparición de la Liga y abrir la posibilidad de que regresen a ONEFA.
Historia
De acuerdo con los hechos actuales, las becas desmedidas, descontroladas y fuera de reglamento, están confirmando que fueron el peor cáncer del fútbol americano estudiantil en México.
En la segunda mitad de la década de los 80, la liga vivió siete años de verdadera competitividad y un gran espectáculo para los aficionados y los propios jugadores. En 1987 el campeón fue Osos de Acatlán comandado por el coach Arturo Alonso y un grupo de ex jugadores de Lobos de la ESIA que fortalecieron a los universitarios; en 1988 las Águilas Blancas del coach Jacinto Licea con un grupo de entusiastas jugadores entre los que se encontraba el actual entrenador en jefe del equipo, Enrique Zárate. En 1989 el coach Manuel Rodero (QEPD) consolidó una generación brillante para arrebatarle a las Blancas el título nacional; en 1990 y 91, los Cóndores de la UNAM se proclamaron bi campeones; en 1992 nuevamente Águilas Blancas dominó el torneo y en 1993 Borregos del Tec de Monterrey se llevaron la corona.
Pero fue en esa época cuando todo comenzó a torcerse. El coach Leonardo Luján inició el camino de las becas al conjuntar un equipo de 50 jugadores plagado de estrellas, pero varios semilleros del politécnico y la universidad. Entonces la guerra por becar comenzó. El coach Frank González logró tener 150 becados en un año, el CEM, Toluca e incluso Ciudad de México se destaparon ofreciendo becas estudiantiles, sin límites, pues la reglamentación nunca llegó a la ONEFA, en parte porque las autoridades de la liga de entonces eran beneficiados de los apoyos para estudiar en escuelas privadas, para sus hijos.
A Luján lo despidieron de la Udla cuando llegó una directora que comenzó a regular el número de becas en la institución. Entonces Frank González extendió su poderoso manto hasta traerse jugadores del sur de Estados Unidos, chicanos que jugaban como estudiantes mexicanos.
Lo importante para él era ganar a como diera lugar. Tener jugadores que aunque no entraran a los juegos, garantizaba que no jugaran contra él.
Se rompió la esencia del deporte. La formación integral de los estudiantes, estudiar una carrera universitaria mientras jugabas liga mayor, el binomio academia deporte en tu propia institución.
No más.
Los prospectos comenzaron a buscar quién los becaría, quien los contrataría, sin importar el amor a los colores. Sin medir que del fútbol americano no se vive y que es parte del anecdotario de cada jugador en su época y espacio.
Frank y los otros coaches del Tec no lo vieron así. Y entonces, luego de 15 años de hegemonía lograda por el abuso del poder económico, vino la separación. Equipos de la UNAM y el IPN decidieron crear la Conferencia del Centro en 2008, para reagruparse y tener la posibilidad de competir más adelante.
Frank lo vio como una afrenta a su poder desmedido y luego de abandonar en 2009 la ONEFA con la firma dudosa de su jefe, el el ex rector Rafael Rangel Sostman y luego rogar por que los dejaran regresar, en 2010 decidió crear propia liga para hacer y deshacer a su antojo y fue como hizo la Conferencia Premier y sin previo aviso a ONEFA, se fue.
Con ello el fútbol americano está dividido, separado, quebrado. Por un lado las escuelas tradicionales y la mayoría públicas en ONEFA. Por otro lado la liga de los Borregos, ahora con dos equipos menos.
Al flamante coach del Tec de Monterrey lo corrieron del equipo, pretextando una enfermedad delicada. Su legado de multicampeón siempre será puesto en duda por el hecho de que si fue buen entrenador o un buen reclutador.
Estos son los resultados de esa falta de visión, esa miopía que llevó al Tec de Monterrey a ganar de todas, todas y a costa de todo y de todos.
No sólo dividió el fútbol americano, sino que provocó que otras escuadras, con tal de competir contra los becados del Tec, recurrieran a esa obsesión por hacer del fútbol americano un deporte más selectivo, sumamente elitista.
En 1998, Pumas de la UNAM decidió cerrar cuatro programas deportivos, Cóndores, Águilas Reales, Guerreros Aztecas y Huracanes de Aragón, para regresar a un sólo equipo: Pumas.
Con ello, en lugar de que casi 300 jugadores estuvieran practicando el deporte de las tackleadas, mientras estudiaban su carrera universitaria, ahora sólo 70 pueden hacerlo.
Se rompió también en la UNAM la esencia de la formación integral de los estudiantes.
Muy similar situación ocurrió en el Politécnico Nacional. De cinco equipos que tenían en los ochentas, Águilas Blancas, Pieles Rojas, Cheyennes, Búhos y Lobos Plateados, los redujeron actualmente a dos, Águilas Blancas y Burros Blancos.
¿Qué habría ocurrido si los Borregos y los Aztecas no hubieran llegado a la ONEFA con su becas desmedidas y ese afán de ganar a costa de corromper a los jugadores e inyectarles el espíritu de venderse al mejor postor?
Tendríamos una liga al nivel de los estudiantes de México. Eso de "subir el nivel" en realidad ¿de qué sirve?
Porque Frank González tuvo también la ocurrencia de ser un importador de jugadores para la NFL. Impulso a Pruneda, Pontviane, Castañeda, Cantú, entre otros, pero no pasaron del equipo de práctica. Sí un gran mérito, pero ¿qué beneficio había para la mayoría de los jugadores que lo único que buscan es jugar fútbol americano mientras estudian su carrera universitaria?
El fútbol americano está mal planteado, es una simulación es un desastre. Y en gran parte por la visión equivocada, soberbia y enfermiza de los Tec's.
Debemos regresar a lo básico. Jugar con nuestros estudiantes, evitar el pirateo, dejar de ser elitistas, exigir a las autoridades de la UNAM y el IPN que todas las preparatorias y vocacionales tengan equipo representativo de fútbol americano. Que la UANL saque dos o tres equipos de Liga Mayor para evitar dejar fuera al mayor número de prospectos de sus intermedias.
Debemos impulsar un deporte acorde a la realidad mexicana, ¿para qué conformar una selección nacional grande y pesada si no podemos ganarle a Estados Unidos en los torneos internacionales?, y eso que se compite contra una selección nivel tres. Si les ganamos, los estadounidenses nos mandarían a una selección nivel dos y así nos aplastarían. Imposible competir contra su nivel uno.
No podemos ganarle ni a Japón. Y nos volvemos a preguntar ¿de que le sirve a la mayoría de los jugadores del país los torneos internacionales?
Lo importante es que nuestros jóvenes en estos momentos jueguen fútbol, defiendan su institución educativa y se queden con ese anecdotario personal que es lo único que deja esa etapa de los estudiantes.
Pero ahora surgen personajes que quieren traer el profesionalismo en este deporte. ¿Para qué? En México juegan Liga Mayor hasta los 24 ó 25 años y entonces deben integrarse al mercado laboral en la disciplina que se prepararon académicamente. Eso necesita el país, no jugadores que sueñen con vivir de este deporte, cuando la historia nos habla de otros propósitos para los estudiantes.
Regular incluso el número de horas que debe dedicarle al deporte un estudiante, no pueden ser más de 4 al día, porque lo realmente importante es la carrera académica, la deportiva es mero complemento.
Hay equipos que entrenan dos veces al día, no hay tiempo real el resto del día para preparar una clase o para estudiar para un examen.
La desaparición de los primero dos equipos del Tec de Monterrey debe abrir la oportunidad para replantear lo que se quiere de este deporte en México, en nuestra realidad con nuestras necesidades.
La cosecha podrida de las becas debe limpiarse y comenzar a sembrarse semillas que den buenos frutos, para bien de todos, no de unos cuantos.
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